flotado durante más de un minuto sin ningún síntoma de que pretendía sumergirse pero de repente,
sonó un sorbido, como una bota al despegarse del barro y el mar se la tragó. Hugo ocultaba también
su último acto a Águeda. Las cenizas de su marido se hundían y ella era ajena, del mismo modo que
había sido ajena al hundimiento de su matrimonio."
No hay comentarios:
Publicar un comentario